Después pasaba mucho tiempo dibujando colores, el arcoíris era lo que me salvaba. Pintar con muchos plumones hojas enteras de cuadritos de colores era la terapia cromática para no ver a mi papá ahogándose todos los días de su vida después de su operación. Esta situación se mantuvo toda mi adolescencia. Y cuando las hormonas explotan, o desarrollamos una vida sexual o nos volvemos violentos. Yo me volví la segunda.

respuesta multiplicidades pensamiento sangre chica culpa corazón recocido más apacible y menos iracundo me hizo fuerte violenta sin razón