Me ronda la idea de que las palabras escritas expían el deseo. Como si al escribirlas y ponerlas en el papel algo de eso desapareciera o uno se pudiera librar de eso que escribe. Si escribo sobre sangre no habrá más sangre derramada. Si escribo sobre lágrimas no habrá más tristeza en mí, si escribo sobre fluidos sexuales el pasado se volverá presente. Si sigo escribiendo por siempre quizá un día ya no me dé cuenta del paso del tiempo y el dolor. /